MEMORIA
Ejercitar
nuestra Memoria colectiva al cumplirse un nuevo año del golpe cívico militar es
un paso obligado en defensa de la vida, las instituciones y la democracia.
Recordar
sin limitarnos en nuestro análisis crítico a los atropellos y las vejaciones
del régimen totalitario, sino a señalar claramente que fue la destrucción del "Estado
de Bienestar" alcanzado en la década del 40, para construir los cimientos
donde se edifica el proyecto neoliberal de la dependencia que aún se intenta
instalar.
sólo se impusieron con altas dosis de violencia, persecuciones y muerte de militantes populares con el apoyo de civiles inescrupulosos y militares que mancharon nuestro Ejercito San Martiniano.
Esos
sectores lograron imponer sus condiciones a la débil democracia de 1983 mediante
la abultada Deuda Externa y con permanentes presiones con sus loobies impusieron
legislaciones vergonzosas como la Ley del Punto Final y la Obediencia Debida. Es
por lo que la patriótica decisión de anular esas leyes algunos genocidas están cumpliendo condenas.
El juzgamiento
a los responsables del genocidio ubica a la Argentina en ésta materia a la vanguardia en el plano internacional.
La experiencia
internacional de países como Italia, Alemania, España y Portugal demuestra que
los legados autoritarios no son de fácil o inmediata asimilación. Son procesos
de largo plazo y en nuestro caso han dejado una experiencia tan traumática como
la de la última dictadura civico-militar.
La cuasi impunidad
castrense, fueron metabolizados por nuestra sociedad, en y otros legados como
los privilegios legales de que goza la renta financiera, encaramados en la Ley
de Entidades Financieras de Martínez de Hoz, vigente durante tantos años, continuaron
ejerciendo influencias permanentes contra el pueblo en general y contra quienes
menos tienen en particular.
Otros legados como
la extranjerización de los principales
sectores de la vida económica como los hidrocarburos, el perverso régimen
tributario y el saqueo de las riquezas naturales nacionales con la mega mineria siguen su curso
y calan a la sociedad en su conjunto.
Herencias
culturales legadas con el correr del tiempo como “achicar el Estado es agrandar la nación” repetidas
hasta el cansancio durante el gobierno menemista se agigantan hoy día a día con
el apoyo de los empresarios de la prensa, que entre otras cosas se beneficiaron
con Papel Prensa que constituye un Monopolio sobre la información gráfica.
Los tibios intentos
posteriores para reconstruir al Estado fracasaron por el temor y la incapacidad
de los actores políticos de avanzar profundamente en una
reforma impositiva que asegure el adecuado financiamiento del aparato estatal y
lo ponga al servicio de nuestra gente.
Es por lo que destacamos que la Memoria del Golpe es un paso
necesario porque el olvido y la negación del genocidio, la entrega, la traición, el
endeudamiento externo, y la falta de libertad, son la antesala que facilitaría
la repetición de hechos similares.