jueves, 30 de agosto de 2018

PARO GENERAL DE ACTIVIDADES


UNA PELIGROSA DERIVA
Ya no se trata solamente del incumplimiento de muchas de las promesas formuladas durante la campaña, sino de la falta de solución de aquellos problemas que venían a resolver, sumando, en cambio, otros de igual o mayor complejidad, colaborando en su génesis. A través de nuestras demandas no nos limitamos a exigir un cambio profundo en la política económica del país, sino que estamos ofreciendo soluciones y propuestas cuyo ejes es la creación de empleo, la defensa de los salarios y la protección social.

miércoles, 15 de agosto de 2018

A PREPARARSE

Argentina enfrenta una política orientada a maximizar los negocios y la rentabilidad de las empresas que han respaldado al gobierno.
Necesita reducir sus costos laborales para los cual es necesario restringir, desconocer o eliminar derechos a los trabajadores, y para evitar reclamos y movilizaciones populares le es imperioso disciplinar el conflicto sindical, territorial, y social.

lunes, 13 de agosto de 2018

SIN PATRIA

No son la rancia aristocracia del XIX; 
no son las fieras fascistas del treinta. 
Se parecen a los de la Revolución Libertadora (los antiperonistas se parecen, cualquiera sea la filiación política o ideológica). 
Pero estos de ahora son definitivamente otra cosa. 
Varias, no una, pero lo que más son es mostrarse y ser eficientes (por eso mismo son patoteros).
En la política son de genealogía corta, de fines de los años setenta y comienzos de los ochenta: finanzas y era digital. O sea, máquinas de producción y resultado. Ni Roca, ni Agustín P. Justo, ni Frondizi. Ni Onganía, ni De la Sota, ni Cobos. Eso es carne vieja. Los de ahora son buitres de carroña actual. No son de derecha: no es ese el rango que los mide. Son otra cosa, neo-empresarios, de bicicleta, aire libre y viernes casual. No tienen país de origen, no les importa la Argentina. Pueden vivir aquí o en cualquier lado.
No son conservadores ni ilustrados. Son gentes a pura eficiencia y con muchos recursos técnicos. No tienen cultura, apenas aquella necesaria para el desplazamiento. En general son iletrados, de bostezo fácil frente a un libro.
Tienen preocupación por las formas, porque es parte del mismo asunto. Formas superficiales, de packaging de felicidad y armonía, de cartel en el subte que dice: Si alguien se siente mal, ayudémoslo. Lo obvio se convierte en slogan. Este marketing de vida sana y comprensión es la exudación de la economía política que sostienen.
Son corporaciones que negocian. Ni fábricas fordistas ni empresa familiar. Estas corporaciones no tienen dueño, los excede. Son más grandes las acciones que la voluntad individual de un dueño. Por eso no importa si es Macri o quién sea. Macri es un muy buen exponente, sí, pero el asunto es más amplio, de inscripción internacional, de lazos más complicados, de intereses cruzados.
Tienen entrenamiento en el exterior, todos bajo el ala de las finanzas; son eficaces, muy eficaces para lo que quieren. Insisto: no son la derecha ni son conservadores. Son neo. Pura demolición a fuerza de anticipación financiera.
Neo, no es ambición sino procedimiento: es la forma de operación sobre los otros. La eficacia no admite caras, ni parentescos, ni pertenencia grupal. Cuando hablan de equipo es porque los vínculos responden a esquemas funcionales. Son cuerpos de abrazo rígido, de compromiso con la tarea y nada de comunión. Es un equipo gélido. Por eso se abrazan como repeliéndose.
La forma de operar sobre los otros es bajo una apariencia (amenaza) de modernización permanente. El Ministerio de modernización es la institucionalización del dominio financiero por encima de cualquier otra razón.
No son humanistas.
No dudan. Retroceden, a veces, pero no dudan. Saben a dónde van y no necesitan que haya alguna mediación (superan en esto a Martínez de Hoz o a Cavallo).
No tienen un proyecto de país. No les importa. Son lo más agudo del capitalismo, su bisturí más impiadoso. No es un nombre. Son otra cosa: una raza política nueva que casi no conocemos.
De Gustavo Varela, filósofo, especialista en historia política.

sábado, 4 de agosto de 2018

El sectarismo es la enfermedad trasmitida por la cultura dominante neoliberal y que debilita al Movimiento Nacional

La fragmentación del campo popular fue y será siempre un objetivo estratégico del enemigo neoliberal, en especial en esta etapa de neocolonialismo, donde la presencia de las fuerzas militares norteamericanas, ocupando áreas claves en nuestro territorio, reafirma esa necesidad de control social y político.
Desde hace más de 40 años, la política que había sido una herramienta clave en las luchas populares contra las dictaduras cívico- militares, comenzó a ser denigrada en sus contenidos, bajo la influencia del discurso único y del “fin de la historia”, mensaje panfletario de los años 80, escrito por Francis Fukuyama.

La Patria No Se Vende

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