Uno de los dueños de Pfizer, el mega fondo de inversión BlackRock es un claro ejemplo del poder que ha alcanzado el sector banquero-financista. Esta empresa fue creada en 1988. Desde entonces esta entidad radicada en Nueva York ha crecido vertiginosamente hasta llegar a ser el mayor banco en la sombra del mundo. Gestiona bienes por valor de 6 billones de dólares, una cantidad que equivale a cinco veces el PIB de un país como España.
Los 27 paises de la UE y algunos en el continente americano han comenzado la vacunación en sus estados, luego de la Navidad, con la vacuna contra el coronavirus del Gigante yanky Pfizer. No ha sido una decisión autónoma de cada Estado, sino impuesta por la Comisión europea y por la presión bajo cuerda de la propia farmacéutica. Pero qué comportamientos extraños esconde esa mega empresa, la que supuestamente está trabajando para garantizar la supervivencia de miles de millones de personas amenazadas por el Covid-19. En manos de quién o quiénes está la multinacional Pfizer
Central de Pfizer en New York
El 27 de diciembre, ha sido el día que comenzaron las vacunaciones anticovid en Italia y buena parte de los países europeos, hasta alcanzar los 27 paises de la Unión Europea.
La UE había aprobado la vacuna de Pfizer/BioNTech contra el coronavirus en tiempo record, lo que abrió la puerta a las primeras vacunaciones en todos los países miembros después de Navidad. La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha sido quien autorizó la comercialización del producto, y pocas horas después el brazo ejecutivo de la UE, la Comisión, le dio luz verde definitiva. Ante la inquietud suscitada por la nueva cepa del Covid-19, muy contagiosa, que ha surgido en el sur de Inglaterra, la EMA afirmó que «no hay pruebas» de que ese antídoto sea ineficaz contra esa variante.
El Comité de Medicamentos de Usos Humanos (CHMP, por su siglas en inglés) de la EMA, con sede en Amsterdam, habia adelantado una semana la reunión inicialmente prevista para el 29 de diciembre, ante la presión de Alemania y otros países, que deseaban que se tomara una decisión rápidamente. El lobby se había instalado y ejercía su presión. Y desde los Conglomerados mediáticos daban comienzo una campaña global señalando las bondades de Pfizer.
«Es un paso importante en la lucha contra esta pandemia, que está causando tanto sufrimiento y dificultades. Se trata realmente de un logro científico histórico, en menos de un año se ha desarrollado y autorizado una vacuna contra esta enfermedad», esgrimía la directora general de la EMA, Emer Cooke. Siendo el tiempo real, desde su investigación y desarrollo hasta la inoculación de una vacuna, entre 10 a 15 años.
El gobierno de Donald Trump fue el gran impulsor de esa búsqueda y aprobación acelerada de una vacuna, y el Reino Unido el primer país en utilizar la de Pfizer-BioNTech.
Las primeras aplicaciones de la vacuna se efectuaron entre los días 27 y 29 de diciembre. Francia ha realizado las primeras vacunaciones el domingo 27. Países como Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, México, Costa Rica, Ecuador, Arabia Saudita, Israel, Singapur y Suiza formaron parte de la quincena de Estados que fueron autorizando la vacuna Pfizer-BioNTech en paralelo a la UE, dando el pistoletazo de salida a las campañas de vacunación.
Previo a ese pistoletazo inicial, se montó en torno a la vacuna una fuerte campaña mediática desde los Conglomerados mediáticos hegemónicos, los que enfatizaban que la vacuna desarrollada por el gigante yanky Pfizer y la compañía alemana BioNTech «han demostrado una eficacia del 95% en los ensayos clínicos internacionales». Sin dar a conocer, obviamente, las fuertes presiones provenientes desde la propia Pfizer hacia los distintos Gobiernos que las iban adquiriendo sin pestañar. Solo la Argentina protestó enfáticamente a esas presiones y de momento no la ha adquirido.
Reino Unido, Estados Unidos y Canadá han podido dar luz verde gracias a un procedimiento de urgencia, lo que ha permitido iniciar antes las campañas de vacunación. Varios Estados se habían quejado de la lentitud a la hora de tomar una decisión. Los dirigentes de Polonia y Hungría instaron a que se acelerara durante la última cumbre europea secundados por Berlín. Lo extraño del caso es que ningún Estado ha protestado, no solo del precio de cada dosis, sino que tampoco de la insostenible logística e inversiones necesarias para manener constante los -70° C que requiere la vacuna de Pfizer, y el almacenaje necesario. Lo que insume un gigantesco gasto extra sumado al precio de las dosis.
Argentina desenmascara a Pfizer
Mientras que los países de la UE y algunos en el continente americano han comenzado a vacunar con la vacuna del gigante Pfizer, y el jueves 31 la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció haber dado la autorización de uso de emergencia a la vacuna contra el Covid-19 de la farmacéutica yanky y su socio alemán BioNTech, el médico sanitarista argentino y miembro del comité de expertos, Jorge Rachid, confirmaba que Pfizer había solicitado como garantía de la venta de vacunas contra el coronavirus una “nueva ley con bienes inembargables que incluye los glaciares y permisos de pesca«.
«Nosotros como país no podemos permitir que nos traten como a una colonia”, dejando en evidencia a la UE, advirtía el Dr. Rachid.
Mientras el mundo se debate entre la vida y la muerte a falta de una vacuna, Multinacionales como Pfizer solo piensan en el dinero y la expoliación de distintos paises. Y es que la Argentina tiene muy fresco en la memoria colectiva el embargo de la Fragata Libertad y los fondos buitres de Paul Singer.
El embargo de los glaciares no es casual, ya que hace dos semanas el agua dulce comenzó a cotizar en Wall Street. Pero además, no nos olvidemos de que uno de los dueños de Pfizer «es nada más ni nada menos que el fondo Black Rock, el mismo que ha tratado de impedir la reestructuración de deuda argentina». Si entramos en la página de la Multinacional se aprecia que otros de los dueños son: The Vanguard Goup y State Street Corporation.
Pero, a pesar de las fuertes presiones, al Gobierno Argentino le ha parecido «lógica» la primera ley que se aprobó para facilitar los contratos de la vacuna solicitada por las propias multinacionales farmacéuticas, ha rechazazado de plano otros condicionamientos exigidos en la redacción de una nueva ley con los mencionados bienes embargables.
Luego de la polémica, Pfizer se ha vuelto a reunir con el presidente Alberto Fernández y aceptó que Argentina no va a ceder en eso y se está buscando la posibilidad de realizar un contrato bajo condiciones del pais sudamericano.
El médico Rachid recordó también que el ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, había dicho que hubo «condiciones un poco inaceptables» por parte de Pfizer.
Lo cierto es que los dueños de Pfizer, además de BlackRoch se encuentran los Megafondos financieros como Vanguard Group y Rothschild Asset Management.
¿La vida o el dinero?
Antecedentes y trapos sucios
Los laboratorios Pfizer y sus subsidiarias han sido condenados por la justicia en varias ocasiones.
Chantix
El Chantix (Champix en Argentina), la droga vareniclina que se utiliza para que las personas dejen de fumar, fue relacionado con un mayor riesgo de infarto, ACV y otros problemas cardiovasculares graves para fumadores que no poseen antecedente cardíaco según una publicación médica canadiense de la Canadian Medical Association.
El informe se basa en 14 pruebas clínicas con 8200 pacientes en los que el 1,06 % tuvieron problemas cardiovasculares graves del 0,82 % de los que sólo tomaron un placebo. En 2010, el producto acumuló ventas por US$755 millones. La respuesta por parte de la Administración de Alimentos y Drogas (FDA) estadounidense fue que realizarían pruebas clínicas para ver las posibles implicaciones de riesgo cardíaco.
Neurontin
Pfizer aceptó pagar US$420 millones para detener el proceso judicial abierto en los Estados Unidos por incentivar a los médicos a que recetasen el Neurontin contra enfermedades para los que no se encontraba indicado. El medicamento era uno de los líderes de ventas de la compañía, generando en 2003 ventas por US$2700 millones, pero el 90 % de las recetas en Estados Unidos no correspondían para ninguna de las indicaciones aprobadas.
Celebrex
En 2004 fue la empresa Pfizer quién anunció que su medicamento para la artritis llamado Celebrex demostró su capacidad de duplicar el riesgo de sufrir ataques cardíacos en una prueba de prevención del cáncer que tuvo lugar luego de que otra farmacéutica, Merck, retirara del mercado un medicamento ―el Vioxx― por dicha razón.
Ambas drogas son pertenecientes al grupo de inhibidores selectivos de la COX-2, al igual que el medicamento de la compañía, el Bextra. Un analista de la Prudential Equity Group declaró que «sería justo si nos preguntáramos ahora si el Celebrex y el Bextra podrían ser retirados del mercado». Pero Pfizer no demostró ninguna intención de retirar el medicamento del mercado, menos aun cuando en 2003 obtuvo con el medicamento ganancias de 1900 millones de dólares y unos 687 millones de dólares ese mismo año por el Bextra siendo que ambos medicamentos fueron lanzados al mercado en 1999.
Las cloacas de Pfizer
Desde los medios concentrados continúan con la campaña de posicionamiento de Pfizer y de las bondades de su vacuna, mientras la Multinacional dicta sus condiciones por encima de las leyes nacionales de los Estados. Pero de lo que no hablan los sicarios mediáticos, y mucho menos editorializan, es acerca del extraño comportamiento de esa empresa que «es presentada ante la audiencia como la re-encarnación corporativa de la Madre Teresa».
Además, los medios hegemónicis nunca han informarado que el lunes 9 de noviembre su CEO, Albert Bourla, se deshizo de 132.508 acciones de Pfizer a un precio de U$S 41.94 cada una (apenas cinco centavos por debajo de su récord histórico) desprendiéndose del 62% de las acciones que tenía en esa compañía y embolsando en pocas horas 5.600.000 millones de dólares de ganancia.
Este accionar no ha dejado de suscitar sorpresas ya que se produjo al día siguiente de que la empresa anunciara los positivos resultados de sus tests de la tercera fase y que el precio de sus acciones subieran extraordinariamente.
El analista político argentino, Atilio Borón, se pregunta en una nota publicada en su Blog:
«¿Por qué vender sus acciones si las perspectivas de negocios de Pfizer eran inmejorables? ¿Sabrá algo que nosotros no sabemos, acerca de la efectividad y/o practicidad de una vacuna que necesita circular por el mundo en una cadena de frío inalterable de entre 70 y 80 grados bajo cero? ¿O tal vez la empresa descubrió negativos efectos colaterales, cuya génesis no está del todo esclarecida?»
Pero, si los pronósticos eran tan favorables como la prensa lo anuncia a tambor batiente, ¿por qué vender sus acciones, qué capitalista actúa de esa manera?
Bourla no ha sido el único; Sally Susman, Vicepresidenta Ejecutiva y Directora de asuntos corporativos de Pfizer, también se desprendió de 1.8 millones de dólares en acciones de la compañía
La cosa no termina allí. La misma fuente informa que:
«Altos ejecutivos de otras farmacéuticas que buscan vacunas Covid-19, como en las empresas de Moderna y Novavax han vendido grandes cantidades de acciones después de prometedoras noticias sobre sus propias vacunas».
Según informa el Financial Times, Stéphane Bancel, el billonario CEO de Moderna, otra de las compañías de la “big pharma” que está en la competencia para la producción de la vacuna, fue mucho más audaz que su par de Prizer y vendió sus acciones de la compañía por valor de U$S 49.8 millones de dólares, reportándole una ganancia inmediata de 400 millones de dólares en un solo día. ¿Curiosidad, sorpresa, meras casualidades?
Comportamientos extraños, sin duda pero que revelan que esas empresas, que supuestamente están trabajando para garantizar la supervivencia de miles de millones de personas amenazadas por el Covid-19, están en manos de nefastos personajes, una verdadera “mafia de cuello blanco” cuyo único interés es ganar dinero, muchísimo dinero, sin que les importe nada más. Mientras tanto, un millón setecientas mil personas en todo el mundo han muerto a causa del virus.
El poder de BlackRock
Uno de los dueños de Pfizer, el mega fondo de inversión BlackRock es un claro ejemplo del poder que ha alcanzado el sector banquero-financista. Esta empresa fue creada en 1988. Desde entonces esta entidad radicada en Nueva York ha crecido vertiginosamente hasta llegar a ser el mayor banco en la sombra del mundo. Gestiona bienes por valor de 6 billones de dólares, una cantidad que equivale a cinco veces el PIB de un país como España.
Profundizando en el control que hoy ostenta el Mega fondo, quizás tengamos una más clara explicación a la facilidad con que la Unión Europea haya adquirido, sin inmutarse, la vacuna de Pfizer.
No obstante, BlackRock no es conocida mucho más allá de los círculos financieros. Sus directivos prefieren actuar con discreción para influir en las grandes políticas económicas y su clientela está formada por inversores institucionales como bancos, profesionales financieros, fondos soberanos o fondos de pensiones, aunque también hay personas adineradas que le ceden la administración de sus ahorros a BlackRock.
Las inversiones de BlackRock abarcan todos los sectores clave de la economía. Sectores como el automóvil, la banca o el sector energético están dominados por este banco en la sombra o como el de los grnades laboratorios. BlackRock posee participaciones dominantes en las mayores empresas de sectores tales como la aviación, el sector químico, el automovilístico, el bancario o el farmacéutico, lo que da lugar a numerosos conflictos de intereses y a vulneraciones de la competencia. Baste decir que BlackRock es uno de los tres mayores accionistas en todas las grandes empresas petroleras con la excepción de la francesa Total. Asimismo, es el mayor inversor del mundo en carbón y es la empresa que cuenta con las mayores reservas de este mineral. Con respecto a este último punto, resultan inquietantes las palabras de su consejero delegado. Larry Fink manifestó que BlackRock fue creada para hacer dinero para sus clientes, por lo que sus decisiones solamente se toman bajo esta premisa, por encima de cualquier consideración social o medioambiental.
Por otro lado, BlackRock también domina el sector financiero en Europa. Actúa con determinación contra cualquier propuesta de regulación del sector financiero, del mismo modo que promueve la privatización de las pensiones públicas. La privatización de las pensiones en Europa es un objetivo clave de esta empresa. Caso de producirse de forma parcial o completa, sin duda aumentaría el volumen de los fondos que gestiona.
Es fundamental tener en cuenta que los planes de pensiones privados pueden alcanzar un gran volumen de dinero. En particular, en los países donde la Seguridad Social es mixta como es el caso de Estados Unidos. De ahí las presiones para que los países europeos sigan este camino, que a largo plazo pondría en grave riesgo a los pensionistas. Otra crisis financiera podría comportar la pérdida de lo aportado por los trabajadores y, por tanto, de sus pensiones. En la estrategia política de BlackRock subyace la intención de sustituir los sistemas públicos de pensiones en los que se asienta el Estado del bienestar por la banca en la sombra. BlackRock y otras entidades en la sombra pasarían a encargarse de esta función anteriormente pública.
Por otro lado, BlackRock ha actuado como consejera de diferentes Estados en problemas. Ha asesorado a las administraciones públicas a fin de privatizar el patrimonio público en épocas de crisis. BlackRock fue designada por el gobierno de Estados Unidos para gestionar el patrimonio rescatado por el gobierno tras la quiebra de Lehman Brothers. Esto concedió a esta empresa una posición privilegiada para realizar sus inversiones. Del mismo modo, la Troika presionó al gobierno irlandés para que BlackRock auditase todo su sector bancario en 2011.
El poder en España
BlackRock es el principal inversor del IBEX 35. Es el mayor accionista de varias entidades financieras y de otras entidades como Telefónica y DIA, además de mantener participaciones significativas en la mayoría de las empresas que conforman el IBEX 35. Su poder es tal que el Banco de España contrató a este banco en la sombra junto con la consultora Oliver Wyman para diseñar la Sareb. A causa de ello, las entidades del sector manifestaron la existencia del conflicto de intereses que se produciría si BlackRock tasaba las viviendas de Sareb. Esta queja se debía a que podría aprovechar su posición como inversora en el sector inmobiliario, por lo que exigieron su sustitución por otra compañía tasadora. Finalmente se sustituyó a BlackRock por otra consultora, pero BlackRock ha seguido invirtiendo en España hasta dominar el IBEX 35.
BlackRock es el accionista principal de Santander, BBVA y Sabadell. Es accionista de referencia en casi todos los bancos con relevancia como es el caso de CaixaBank o de Bankia. En definitiva, el conflicto de intereses está servido. BlackRock está en plena disposición de presionar a estos bancos para que los fondos que ofrezcan a sus clientes sean en realidad fondos de BlackRock.
Por otro lado, también es determinante su posición en el mercado inmobiliario. Junto con el control de la banca que hemos descrito, también es accionista en las principales empresas inmobiliarias. Es el accionista de referencia de las dos mayores Socimi españolas, que están cotizadas en el IBEX 35: Merlin Properties Socimi, S.A. e Inmobiliaria Colonial Socimi, S.A. También mantiene participaciones significativas en Lar España Real Estate Socimi, S.A. y en Hispania Activos Inmobiliarios Socimi, S.A. BlackRock es pues el principal actor en el mercado financiero e inmobiliario y tiene capacidad para arbitrar la política española.
Ahora, con la imposición de la vacuna de Pfaizer en España y el resto de países de la UE, BlackRock adquiere una nueva dimensión en el sector sanitario. Como dice Atilio Borón, «dejar la salud de la población y la producción de medicamentos en manos de las grandes corporaciones es lo mismo que pedirle al lobo que cuide a las ovejas».
En el imprevisible mundo de la post-pandemia lo más probable es que ambas cosas, la atención médica y la industria farmacéutica, puedan pasar a ser actividades casi exclusivamente manejadas por empresas estatales. El fracaso de la “magia de los mercados” en estos terrenos ha sido monumental, y la conducta de esos grandes empresarios es inmoral y, muy posiblemente, según la legislación de distintos países, criminal. Y no es menos censurable la forma en que los medios hegemónicos globalistas, en su tiránica obsesión por desgastar y de ser posible derribar gobiernos, oculten esta información que revela la naturaleza delictiva de esos gigantescos monopolios farmacéuticos y coloca bajo luces más potentes las tensiones con Pfizer.