El 4 de junio de 1946, Buenos Aires amaneció envuelta en una cerrazón
neblinosa que recién se disipó a eso de las once de la mañana, en el
momento en que los movimientos protocolares del Congreso anunciaron el
arribo del nuevo presidente de los argentinos.
Después del juramento, la voz maciza pero emocionada de Juan Domingo
Perón desgrana un breve mensaje a la Asamblea Legislativa: «… El
compromiso que acabo de contraer prestando el juramento constitucional
se adentra en mi alma con el mismo espíritu que lo hiciera mi decisión
irrevocable de abrazar la causa del pueblo…» y adelanta: «… No
consentiré desandar el camino recorrido por la revolución en punto a
reivindicaciones de los trabajadores; por el contrario, será proseguida
la ruta del mejoramiento social de todos los habitantes de nuestra
patria…».
Al terminar la ceremonia, su comitiva lo acompaña en los automóviles a
lo largo de la Avenida de Mayo en dirección a la Casa de Gobierno,
donde el general Farrell espera para entregar los atributos
presidenciales. Durante el trayecto una multitud enfermorizada no dejó
de vitorearlo y aclamarlo incesantemente; su simpatía personal, su
«carisma» ya había a calar hondo en muchos segmentos de la sociedad
argentina, particularmente en los sectores de trabajadores y obreros
pero también en importantes tramos sociales de la clase media.
La crónica periodística del día siguiente informará que las
aglomeraciones y avalanchas producidas por el entusiasmo popular
hicieron que «los servicios de sanidad destacados a lo largo de la
Avenida de Mayo debieran atender a sesenta y cinco contusos, ninguno de
gravedad». Al llegar a la altura de la Catedral, Perón hace detener la
marcha de la caravana, ingresa en el histórico recinto para dar
testimonio de su fe religiosa y rinde homenaje al general San Martín en
el mausoleo que guarda sus restos.
A la Casa Rosada, Perón llega acompañado por su vicepresidente, Dr.
Hortensio J. Quijano y demás comitiva. Allí recibe de manos de su
antiguo compañero de tropas de Montaña, el general Edelmiro J. Farrell,
la banda presidencial y el bastón de mando. Luego hablaría a la multitud
congregada en Plaza de Mayo y una vez más se renovará emotivamente un
compromiso de lealtad que el tiempo demostraría inquebrantable.
Perón ha sido repuesto por Farrell en el servicio activo con el grado
de general de brigada ¡Qué lástima! De no haber sido así, hubiese
continuado siendo El Coronel del Pueblo. Perón fue un hombre muy
ilustrado, de pensamiento amplio y sustancioso, aunque siempre abierto a
un enriquecimiento permanente. Reunía también la condición de hombre de
acción, práctico y dispuesto tenazmente a la ejecución perseverante de
realizaciones concretas y puntuales. Siempre lo acompañaron, como
condiciones naturales, una gran capacidad de trabajo y una afabilidad
típicamente campechana y muy seductora, pero que sin embargo no ocultan
su sentido del mando y la autoridad que emana de la simple contemplación
de su persona.
Antes de llegar a la Casa Rosada, previsoramente había creado -el 25
de agosto de 1945- el Consejo Nacional de Post Guerra a través de una
comisión integrada por el talentoso estadígrafo catalán José F.
Figuerola, el general Julio A. Checchi, el coronel Aníbal F. Imbert, el
mayor Fernando Estrada, el abogado Juan Miguel Vaccaro, Miguel Miranda y
muchos más, que se agruparon en subcomisiones de trabajo por temáticas
gubernamentales, organismo éste que se constituyó en una verdadera usina
de ideas y proyectos, algunos ya ejecutados por el gobierno de facto y
otros que fueron delineando los perfiles de la futura acción de
gobierno.
No es extraño entonces advertir que entre febrero y junio de 1946, el
presidente Farrell -antes de irse- posibilite con la promulgación de
decretos-leyes el adelantamiento de algunos objetivos que el nuevo
elenco gubernativo está dispuesto a concretar a partir de junio.
La nacionalización del Banco Central, por decreto-ley Nº 8503 del 24
de abril de 1946, y la creación del Instituto Argentino de Promoción del
Intercambio por decreto Nº 15.350 del mes de mayo, al que se le puede
agregar el decreto-ley 12596 del 3 de mayo que le otorga al Banco
Nacionalixzado facultades relativas al control de cambios, forman parte
de una normativa que, en manos de los que llegan, contribuirá a remover
las estructuras semicoloniales de una Argentina que ya no soportaba el
anacrónico corset del modelo agroexportador instaurado en el ´80.
En su mensaje al Congreso bien podrá ir adelantando el nuevo
presidente legítimo que el propósito es «hacer de la Argentina una
nación socialmente justa, económicamente libre y políticamente
soberana». Ya existen, por lo tanto, algunos instrumentos previos
decisivos, una resuelta actitud política y un acompañamiento popular
acrecentado día a día, que dará respaldo e inspiración a la nueva
empresa que se inicia.
NUCLEAMIENTO NACIONAL DE AGRUPACIONES FRATERNALES DE LA REPUBLICA ARGENTINA
FALLECIO LORENZO PEPE
Emblema del peronismo y maestro de militancia serás recordado para siempre en nuestros corazones. Pepe nacio en 1931 en Saenz P...
-
El Ministerio de Transporte, a través de un expediente iniciado recientemente, inició las gestiones para desafectar y vender la Playa INTE...
-
Menuda tarea le aguarda a nuestro gobierno apenas salgamos de la tragedia del Covid para encarar todo aquello que haga a la restauración ...