Resulta que cuando quieren hablar del actual presidente constitucional de Venezuela, por ejemplo, ambos medios lo califican sin titubeos e invariablemente de “dictador”. Pero para referirse a Pedro Eugenio Aramburu, lo mencionan buenamente como “expresidente” o “Teniente Coronel” …
Resulta que cuando quieren hablar del actual presidente
constitucional de Venezuela, por ejemplo, ambos medios lo califican sin
titubeos e invariablemente de “dictador”.
Pero para referirse a Pedro Eugenio Aramburu, de quien hoy se cumplen
50 años de su secuestro y posterior ajusticiamiento por parte de
Montoneros, lo mencionan buenamente como “expresidente” o “Teniente
Coronel”, como lo menta el periodista estrella del diario de los Mitre,
Hugo Alconada Mon.
Que yo sepa, Aramburu dirigió un golpe de Estado en 1955, el que derrocó a un presidente elegido en elecciones libres, Perón.
Tras cartón, condujo a sangre y fuego lo que se autodenominó “Revolución Libertadora”.
Que incluyó, entre otras calamidades, el demencial Bombardeo a Plaza
de Mayo que dejó más de 300 muertos, el asesinato frío y sin razón
alguna de 27 ciudadanos y el fusilamiento de un puñado de militares
considerados, para él, como sediciosos.
Amén de profanar y secuestrar nada menos que el cadáver de Evita y
someter a persecuciones, secuestros y torturas a cientos de trabajadores
del movimiento obrero peronista, al que hostigó ilegalmente sin
límites.
Aramburu fue un auténtico dictador. Pero para estos dos medios –que
resultan un tumor terminal en la sociedad–, la “violencia política
argentina” comenzó recién con el secuestro del militar el 29 de mayo de
1970.
Doble vara que no responde ni a un acto de ingenuidad ni por pura ignorancia.
Cinismo, se llama.
Y del más violento.
Por Héctor Rodríguez